Razones por las que las mujeres son grandes propietarias de franquicias
Convertirse en propietario de una franquicia está considerado como una de las mejores formas de introducirse en el mundo empresarial. Al aprovechar un modelo de negocio probado, los propietarios de franquicias pueden crear una empresa con una ventaja sobre la competencia. Pero, al igual que la mayoría de las empresas en el mundo de los negocios, las franquicias también estaban mayoritariamente al mando de los hombres hasta hace poco. Por suerte, a medida que las mujeres han ido accediendo a la educación superior y tienen más oportunidades de afirmarse, también han conseguido llegar a la cima de varias empresas.
En este contexto, cabe preguntarse por qué una mujer debería optar por la franquicia como modelo de negocio. Pues bien, resulta que las mujeres poseen en general una serie de rasgos y características que las hacen idóneas para la gestión de este tipo de empresas, entre ellos los siguientes:
1. Un conocimiento interno de ciertas industrias
Aunque los estereotipos inversos son tan malos como mantener los mismos clichés de siempre, no es muy exagerado decir que las mujeres tienen más conocimientos sobre ciertos aspectos de la vida que los hombres. Dicho esto, aunque no sepas todo lo que hay que saber sobre un determinado procedimiento, o carezcas de las habilidades necesarias para hacerlo tú mismo, recuerda que ser directivo consiste en hacer que las cosas sucedan, no necesariamente en hacerlo todo por tu cuenta. Pasión, empuje y capacidad de gestión son las tres únicas cosas que se necesitan para gestionar una franquicia con éxito.
2. Gran capacidad de organización
En general, las mujeres tienden a ser más minuciosas en sus acciones que los hombres, que a menudo pasan por alto los detalles en su búsqueda de la visión general. Pero la atención a los detalles es una habilidad esencial cuando se crea una empresa, junto con la capacidad de priorizar bien y pensar en las cosas tanto a corto como a largo plazo. El potencial de las mujeres para ser grandes directivas no es ni siquiera discutible en este momento.
3. La capacidad de adaptación
En esta época, las cosas tienden a cambiar y fluctuar a un ritmo increíblemente rápido. Cada día aparecen nuevos retos en el horizonte, ya sea mejorar la presencia de una empresa en las redes sociales o desarrollar estrategias de marketing de vanguardia que le permitan competir con los grandes. En estas circunstancias, no basta con dejar las cosas como están. Un buen operador de franquicia sabe estar al día y puede adaptarse sobre la marcha cuando se requiere un cambio de marcha.
4. Excelentes habilidades de comunicación
Algunos cuentos de viejas resultan ser ciertos al final. A lo largo de la historia, se ha considerado que las mujeres son mejores comunicadoras que los hombres, y recientemente se han realizado estudios que demuestran esta hipótesis. Por supuesto, saber comunicar es primordial a la hora de hacer negocios, y por eso muchas mujeres se han hecho un hueco en áreas como el marketing o las relaciones públicas. Todas estas habilidades de comunicación y de creación de redes serán sin duda muy útiles a la hora de montar una franquicia, y pueden ayudar a que su negocio destaque entre los demás.
5. Un enfoque pragmático para hacer negocios
En la actual coyuntura económica, todas las empresas necesitan una mano firme para no hundirse. Pero las nuevas empresas, en particular, son susceptibles a los diversos altibajos del mercado. Afortunadamente, las mujeres empresarias son conocidas por pecar de conservadoras en sus negocios, lo que a menudo les permite empezar de a poco y crecer a un ritmo orgánico. Esta forma de pensar, pragmática pero ambiciosa, es perfectamente adecuada para abrir, operar y hacer crecer una franquicia de éxito.
Para llevar
Como puede ver, hay numerosos ámbitos en los que las mujeres destacan y que las cualifican para ser propietarias de una franquicia. Por supuesto, dirigir una empresa de este tipo también significa acceder a las diversas herramientas y sesiones de formación que pone a disposición la empresa matriz de la franquicia, que a menudo hará todo lo posible para dar a sus socios todas las posibilidades de éxito. Por todas estas razones y más, nunca ha habido un mejor momento para entrar en la franquicia como empresaria.