¿Pueden las pequeñas empresas beneficiarse de la publicidad cooperativa?
Ventajas de la publicidad cooperativa
Una lección que muchas pequeñas empresas aprenden rápidamente es el valor de las alianzas con otras empresas. Los operadores de pequeñas empresas pueden formar alianzas con proveedores, vendedores, competidores, clientes e incluso otras empresas que no tienen trato directo con ellos. Una forma de publicidad que vemos entre las empresas más grandes, y especialmente en el sector minorista, es la publicidad cooperativa.
¿Qué es la publicidad cooperativa?
La publicidad cooperativa con la que muchos de nosotros estamos más familiarizados es cuando un minorista pone un anuncio de los productos de un fabricante específico. Normalmente, el anuncio ensalza las virtudes del producto X y, al final, dice «disponible en la tienda Y». Este anuncio suele ser pagado tanto por el minorista como por el fabricante. Es posible que el fabricante también haya colaborado en el diseño del anuncio.
La publicidad cooperativa también se produce cuando varias empresas de, por ejemplo, un centro comercial, reúnen sus recursos para publicitar el centro. El resultado final es un mayor negocio para todos (con suerte), así que ¿por qué no van a pagar todos un poco?
El catálogo del supermercado que recibes en el buzón también está fuertemente financiado por los fabricantes de productos que aparecen en sus páginas.
¿Cuáles son las ventajas de la publicidad cooperativa? El beneficio obvio en publicidad es el ahorro de costes, ya que las campañas en los medios de comunicación de masas cuestan a las empresas muchos millones de dólares. Si se realiza una campaña compartida al 50% con un socio vertical, ambas empresas pueden combinar sus presupuestos para obtener el doble de exposición, o la misma exposición por la mitad de los costes.
¿Es viable la publicidad cooperativa para mi pequeña empresa?
Está claro que la respuesta va a depender de las empresas implicadas, de los costes y del tipo de publicidad que se haga. Hay algunos buenos ejemplos de pequeñas empresas que se unen para hacer publicidad cooperativa, pero es menos común que en el caso de empresas más grandes. Parte de la razón por la que las pequeñas empresas no entran en la publicidad cooperativa es que el presupuesto es relativamente pequeño. La otra razón es que a las pequeñas empresas a menudo les resulta más difícil calcular el «reparto» entre ellas y otra empresa porque no entienden el beneficio que realmente obtienen de la publicidad.
Conclusión:
El mensaje que se desprende de esto es que las pequeñas empresas deberían intentar investigar de dónde proceden sus clientes. Es vital saberlo, ya que de lo contrario no hay ningún otro método bueno para poder medir el éxito de la publicidad. Observar los datos de las ventas cuando se realiza una nueva campaña es útil, pero a veces intervienen otros factores como las fluctuaciones económicas, los cambios estacionales en la demanda y otros anuncios que también pueden haber tenido un impacto en las ventas recientes. La clave está en disponer de buenos datos.
Si consigue concebir una buena campaña de publicidad cooperativa y seguir adelante con ella, asegúrese de llevar un buen registro de los costes en los que ha incurrido al hacerlo. Si financia la publicidad, asegúrese de reclamar el dinero rápidamente e insista en que se le pague en un plazo determinado.